En un mundo de economía globalizada, la competencia depende del valor añadido, es decir de la mano de obra calificada, y en menor proporción, de las habilidades de una mano de obra no calificada, la cual se localiza en un mayor número en los países subdesarrollados. Esto confirma la creencia de que la educación y los altos salarios permiten tener un mayor protagonismo en el mercado mundial. No es como en el pasado: las abundantes materias primas y la mano deobra con escasas habilidades no adquiridas en las aulas universitarias. El modelo exportador de materias primas y de migrantes se ha agotado porque no se ha vuelto parte de una nueva manera de crecimiento nacional. Ahora bien, en México, la firma de acuerdos de libre comercio con diferentes países no ha favorecido tampoco la diversificación comercial. Sobre todo, porque la mayor parte del comercio mexicano se realiza con su socio estadounidense. Y cuando la economía de los Estados Unidos sufre alguna recesión inmediatamente sus efectos negativos se reflejan en una baja en las exportaciones mexicanas, junto con las políticas antiinmigrantes, que han criminalizado a los migrantes “ilegales” mexicanos. Por talmotivo, para México, el círculo exportaciones-migración, en este primer decenio del siglo XXI, no ha garantizado el bienestar social. A quedado demostrado que el bienestar social no está asegurado por el libremercado; sino, por políticas sociales que son protecciones frente a la socialización de los costos creados por una economía globalizada, regida por los beneficios derivados de las actividades bursátiles y dela llamada economía del conocimiento, donde las tecnologías de la información y la comunicación tienen un papel fundamental.
